
Análisis I Detrás de la Polémica de 'Juega Con El King'
La polémica fue mayúscula, el ruido en redes innegable —pero el público chileno no apostó por el “Juega con el King”. Literalmente.
A un mes de su lanzamiento con el rostro y nombre de Arturo Vidal, la casa de apuestas “Juega con el King” registra cifras muy bajas de tráfico digital, incluso en el clímax de la controversia.
Entre el 21 de abril y el 18 de mayo, el sitio web recibió menos de 15 mil visitas en Chile, según datos de monitoreo de tráfico online. En el mismo periodo, Betano —una de las líderes del sector— superó los 5,3 millones de accesos en el país.

Y el contraste no termina ahí. En redes sociales, donde la influencia suele ser clave en el éxito de plataformas digitales, “Juega con el King” apenas supera -a la fecha- los 7 mil seguidores en Instagram. Arturo Vidal, en cambio, cuenta con más de 20 millones.
Solo un 0,04% de su audiencia lo siguió hasta su emprendimiento digital. Un número más elocuente que cualquier campaña publicitaria.
Es decir: ni siquiera sus fans más fieles lo acompañaron en esta jugada. El proyecto fracasó en conectar incluso con quienes más lo idolatran.
Resulta insólito ver a una figura del calibre de Vidal —campeón con Juventus, Bayern Múnich, Barcelona y referente de la Roja— naufragar con tanta visibilidad en un negocio que lleva su propio nombre. Pero tal vez sea esa misma exposición la que explica parte del fracaso.
Vidal será investigado por sus vínculos con casa de apuestas
Desde su anuncio, la plataforma provocó reacciones encontradas. En vez de entusiasmo, generó inquietud.
El comentario que más se viralizó en redes sociales sobre “Juega con el King” no fue sobre las cuotas ni sobre fútbol: fue la revelación de que Arturo Vidal no es socio de la plataforma, como muchos imaginaron en un principio. Usuarios compartieron ampliamente reportajes que aclaraban que el sitio no pertenece al futbolista.
En realidad, “Juega con el King” es operada por Pro Informáticos SpA, una empresa registrada a nombre de José Ignacio Valenzuela Cornejo, un joven de 31 años sin vínculos conocidos con el mundo deportivo, pero con historial en la creación de sociedades relacionadas a casinos online.
Todo indica que la estrategia se limitó al uso comercial de la imagen de Vidal. La situación se desbordó el 14 de mayo, cuando Colo Colo fue eliminado de la Copa Libertadores y Vidal fue expulsado del campo. Rápidamente, se supo que la plataforma permitía apuestas relacionadas con tarjetas que pudiera recibir el propio Vidal.
La reacción fue inmediata. La prensa deportiva chilena y sudamericana encendió las alarmas.
En medio del escándalo, la Conmebol confirmó la apertura de una investigación. La participación de jugadores en campañas de apuestas podría infringir normativas de la FIFA, la Confederación Sudamericana y la ANFP. El Código de Ética de la FIFA prohíbe expresamente que futbolistas se asocien con plataformas que permitan apuestas en eventos donde ellos participen directamente.
En el caso de Vidal, las apuestas apuntaban a su rendimiento específico en encuentros con Colo Colo. Si se confirma, su vínculo con la plataforma podría constituir un conflicto de interés y derivar en sanciones disciplinarias.
Juega con el King eliminó a Arturo Vidal de su cuenta oficial
Buscando mitigar el daño, el equipo detrás de “Juega con el King” optó por el silencio.
El 19 de mayo, todas las imágenes de Vidal fueron eliminadas del Instagram oficial de la marca. El jugador, que días antes era la cara visible del emprendimiento, desapareció repentinamente del feed. Su imagen aún aparece en el sitio web oficial, aunque la página cuenta hoy con muy poca actividad.
Todo esto ocurre mientras Chile sigue debatiendo, con rezago, la regulación del mercado de apuestas en línea. En 2023, la Corte Suprema ordenó el bloqueo de sitios sin licencia. En 2024, el Ministerio Público abrió investigaciones contra casinos online. Pero la ausencia de un marco legal claro ha permitido que el sector crezca en un vacío jurídico.
Plataformas como Betano, Coolbet y Betsson operan con fuerza en el país, a pesar de su estatus legal incierto.
“Juega con el King” intentó montarse en esa ola aprovechando el nombre de Vidal. Pero el caso terminó sirviendo de advertencia: sin regulación, transparencia y confianza, ni siquiera los proyectos con figuras del fútbol logran mantenerse a flote.