Chile se Divide por Bloqueo a Casas de Apuestas: 55% Apoya la Medida, pero Crece Presión por Regular el Mercado
Chile vuelve a debatir cómo enfrentar las apuestas en línea. Esta vez, la conversación surgió tras una decisión de la Corte Suprema, que restringió el acceso a más de 20 plataformas internacionales.
En las redes sociales, la medida reavivó la discusión sobre la legalización de los casinos online y dividió a los chilenos en internet.
Un análisis exclusivo de Apuesta Legal evaluó miles de comentarios en Instagram durante octubre de 2025 recolectados mediante herramientas de monitoreo de tráfico y análisis de sentimiento.
Entre críticos y defensores, crece una idea compartida: regular es mejor que simplemente prohibir.
El estudio realizado después del fallo de la Corte Suprema, mostró que, al menos en el entorno digital, el país está dividido: alrededor del 55% de los usuarios que comentaron apoyan el bloqueo, mientras que un 45% lo rechaza.
Opiniones a Favor del Bloqueo
Entre quienes apoyan el bloqueo, el argumento más frecuente es que las apuestas online hacen daño a la sociedad. Los comentarios a favor mencionan casos de ludopatía, endeudamiento y lo que muchos consideran una “influencia tóxica” de las casas de apuestas sobre el fútbol chileno.
Para este grupo, sería necesario retirar la publicidad de las casas de apuestas de la televisión y de los deportes, limitando la exposición de las personas al juego online mientras el país define reglas claras.
Argumentos de Quienes Están en Contra
Por otro lado, quienes se oponen al fallo lo consideran ineficaz y obsoleto.
Términos como VPN, DNS y “cambio de dominio” aparecen en cerca del 10% de todos los comentarios, lo que muestra que una parte importante del público cree que es fácil eludir las restricciones impuestas por la justicia.
Entre los argumentos contrarios al bloqueo también surge un tono de desconfianza hacia el Estado. Muchos usuarios sugieren que la motivación real sería fiscal, y no moral.
“Solo quieren cobrar impuestos” y “si pudieran cobrar, no las prohibirían” son frases que se repiten.
Incluso entre los críticos del bloqueo existe una postura moderada: casi el 40% de los comentarios en contra también piden regulación y tributación del sector como una solución definitiva, defendiendo que Chile establezca leyes específicas, como ya ocurre en países vecinos.
La Regulación Aparece Como Punto de Consenso
A pesar de la división sobre el bloqueo, el debate digital apunta hacia un acuerdo común: el mercado legal sería la mejor respuesta para las preocupaciones de ambos lados.
Entre los favorables al bloqueo, la regulación se plantea como una forma de proteger al jugador y evitar abusos; entre los contrarios, como una manera de garantizar transparencia y recaudación.
Temas más Mencionados en los Comentarios
El tema más recurrente fue que el bloqueo es fácil de eludir: cerca del 10% de las menciones describen el uso de VPN, DNS alternativos o cambio de dominio para seguir accediendo a sitios de apuestas.
El segundo grupo de temas más frecuentes se relaciona con el fútbol. Aproximadamente un 8% de los comentarios cuestionan si la falta de reglas claras puede perjudicar al deporte chileno, ya sea por la relación entre las casas de apuestas y los clubes.
Un 7% de los comentarios mencionan impuestos y regulación, defendiendo que el país adopte un marco legal que permita recaudar, fiscalizar y formalizar un mercado que ya existe.
Otro 6% califica el bloqueo como una violación de la libertad o censura, con referencias a “libertad”, “neutralidad de la red” y “control estatal”.
Cerca del 5% habla sobre salud y ludopatía, expresando preocupación por el impacto de un mercado ilegal en jóvenes y personas endeudadas.
Entre Prohibir y Regular
Los datos muestran que, mientras algunos chilenos ven en las apuestas online un problema social, otros consideran que el error está en el propio bloqueo.
Pero ambos coinciden en un punto: el país necesita reglas claras, ya sea para proteger al consumidor o para formalizar un mercado que ya existe.
En definitiva, el debate digital refleja un dilema que trasciende las redes: ¿prohibir el juego o aprender a jugarlo con reglas propias?